Si hay algo de lo que trata este blog, es sobre masculinidad y todo lo relacionado. Así las cosas, se hace necesario escribir una vez más sobre la disciplina cómo valor fundamental en el hombre.

Ten en cuenta que las generaciones de hoy en día están bastante suavizadas, desarrollar dureza mental es visto como algo cruel e inhumano por parte de una sociedad que camina hacia la autodestrucción.

Pero, por mucho que se inste a ceder ante nuestras necesidades inmediatas, pero vacías. Sabemos en nuestro interior que vamos a necesitar cierta dosis de disciplina espartana para poder tener una vida más gratificante en el largo plazo.

Deberemos negarnos a nosotros mismos par algo superior, para vivir una vida conforme a nuestro deber.

Ya sea como padres de familia, como jefes o líderes, como hombres que aman a su patria… Como hombres que servimos a Dios.

Para estar a la altura de las circunstancias deberá haber preparación. Y la preparación conlleva disciplina.

La vida no está exenta de sufrimiento.

Y no te digo que con disciplina evitas los embates de la vida. Tampoco te estoy diciendo que con disciplina te harás millonario. Este sitio no es del tipo que te dice que para ser un hombre debes de volverte millonario y andar exhibiendo tu Lamborghini. (También debemos trabajar en tener una mayor solvencia financiera. Aclaro).

Con disciplina puedes llegar a lograr las metas que te propones. Y más importante aún, vivir conforme a tu deber.

Y esto puede conllevar dolor. Pero se puede sobrellevar de distinta forma cuando sabes el para qué de ese sufrimiento.

Con disciplina puedes sobreponerte a las circunstancias desfavorables y hacer lo que tienes que hacer.

La disciplina implica tener que levantarse todos los días a las 5am para poder entrenar duro, antes de ir al trabajo o empleo.

Implica también, sentarse y ponerse a estudiar incluso cuando la pereza parece apoderarse de ti.

La modernidad y la disciplina.

Al parecer la vida moderna ha rechazado cualquier atisbo de masculinidad. Definitivamente no lo quiere y no solo se empeña en alejarnos de ella, sino también en destruirla.

Ser un hombre disciplinado es algo muy masculino, porque, implica dominar las emociones en pos de algo más duradero y significativo.

Sabes que tienes 20 kilos de más y necesitas medirte en lo que comes y comenzar a ejercitar tu cuerpo. Pero una vez pasados esos días de motivación, las emociones te dicen que fue suficiente, que ese pastel debe saber delicioso y que es mejor quedarse acostado en la cama después de ese arduo día de trabajo sentado en la oficina.

Entonces, la disciplina entra en juego y deja de lado esas emociones y haces lo que tienes que hacer. No hay más discusión.

El autocontrol te da poder.

Pero resulta que entre más débil somos, cediendo más poder en pos de la degeneración, eso es más apreciado por la sociedad moderna.

Vemos como en la formación de los jóvenes que liderarán el futuro de sus comunidades, reprenderles ya no es tolerable. Exigirles que hagan las cosas bien en tiempo y forma, eso es un crimen contra lesa humanidad.

Sus putos derechos humanos han sido vulnerados.

Levantarse temprano y someterse al agua helada, ya no es visto como algo digno de ejemplo. Como algo que nos hace templarnos y forjar nuestro carácter.

Incentivar el ejercicio intenso en los niños y jóvenes, resulta que es muy duro. Eres un cruel si incentivas a tu hijo a entrenar fuerte.

Los video juegos, el porno, las series de Netflix y demás drogas contribuyen de sobremanera a que los hombres de hoy en día carezcan de autocontrol y propósito.

Es lamentable.

¿Qué dirían nuestros antepasados? ¿Qué dirían esos guerreros que pelearon interminables guerras para que nuestra cultura se impusiera?

La disciplina no es bien vista hoy. Algunas veces escuche referente a lo mismo: “eso es para militares” …

“Quizás solo la disciplina valga de algo para los militares”. Eso piensa una sociedad corrompida por la comodidad y tecnología.

¿Qué podemos hacer?

Lo primero es que debemos comprender que la disciplina es algo muy masculino. Implica autodominio, hacer lo que se tenga que hacer pese a las circunstancias externas y pese a las emociones del momento. Pese a las excusas.

Salir a ejercitarte bajo la lluvia te hace fuerte… Lo sé, físicamente, pero me refiero a mentalmente. Crea esa callosidad mental que te endurece. O, por ejemplo, cuando estás calientito en la cama viendo la televisión, pero sabes que es hora de ponerse a entrenar duro como un puto demente. Entonces, te levantas, arreglas tus cosas y vas al parque o gimnasio a conquistarte a ti mismo. La pelea es contra ti mismo.

“Véncete para vencer”.

Lema del combatiente especial del Ejército de Chile.

Eso es muy masculino. Te lo repito…

Los demás lo perciben, las chicas lo perciben, tu familia lo percibe. Te vuelves alguien en quien pueden confiar.

El peso de la palabra tiene mucho que ver con la disciplina. Ser un hombre de palabra es masculino. Y para eso vas a necesitar disciplina.

Te comprometiste a levantarte a las 6am para entrenar o para estudiar, entonces pones la alarma y te pones en pie a la hora señalada.

No te puedes fallar. Muchos nos hemos fallado, y en no pocas ocasiones. Y sabrás cómo se siente… Una auténtica mierda.

En el fondo de nuestro corazón, aunque los medios y las élites corruptas nos vendan la idea de que no necesitamos la disciplina, que está bien masturbarse y ver pornografía, que no importa si nos alimentamos como la mierda. Sabemos que toda esa basura está terriblemente mal.

Sabemos que nos están arrebatando nuestro espíritu.

Y tú ¿te quedarás ahí impávido, dejando que todo eso ocurra en frente de tus putas narices?

Lo sé.

Una porción de quien lea esto (y espero que tú estes entre ellos) tomará estas palabras y las convertirá en acción decidida.

Construye disciplina como un espartano.

¿Cómo construían su disciplina los espartanos?

Exacto.

Siendo implacables.

Qué más te puedo decir…

Hoy en día no hay agogés en tu cuidad para ir allá un tiempo y salir hecho un guerrero espartano. Pero hay cosas que podemos hacer en el día a día que nos vendrían bien para desarrollar esta cualidad.

Los espartanos, gustaban de embullarse al agua completamente fría y pasarse allí un tiempo sin quejas de ningún tipo.

¿Puedes hacer algo parecido en las mañanas cuando te levantas? Es un shock de energía que llega justo para empezar el día.

Es jodidamente incómodo, pero jodidamente revitalizante.

Cuando suena la alarma y estás buscando las excusas (que no cuesta mucho encontrarlas) para posponerla, lo que menos queremos es ponernos bajo el chorro de agua fría en pleno invierno.

Hazlo de todas formas. Te será de beneficio para desarrollar una mentalidad fuerte.

El ejercicio intenso. Eso es otra cosa en la que debes ser implacable. Muchos te van a recomendar a empezar poco a poco. Y estoy de acuerdo con eso.

No vas a pretender levantar 100kg. en el press de banca en tu primer día de gym.

Pero igualmente se implacable. No vayas como una señorita. Ponte enserio. Haz lagartijas, sentadillas, dominadas como base.

Si no puedes hacer más 5 o 10 de cada una, haz muchas series de 5 o 10 (adáptalo a tu caso) y completa mínimo 100 de cada una 5 o 6 días por semana.

Ve al gym a entrenar duro (pero con cabeza eso sí).

Entrena más en tu deporte favorito. Quédate después del entrenamiento, haz más, fuérzate a dar más, requiere que entrenes tu disciplina y será incómodo al inicio, pero eventualmente se volverá parte de ti.

Estudio. Esto es algo que debe estar en tu vida. No me importa que tu trabajo no requiera de estudiar algo.

Ponte metas. Entre ellas el desarrollo de tus habilidades cognitivas. Aprende algo todos los días.

Lee a diario. Blogs como este, libros, audiolibros y demás.

Los retos te van a dar esa confianza que necesitas para poder ser más disciplinado.

Se trata de confianza.

Un aspecto en cuanto a ganar más autodisciplina, es la confianza que podrás vencer el desafío que se te presenta por delante.

Si de antemano te sabes derrotado no esperes que pongas tu esfuerzo y seas el tipo más disciplinado que jamás hayas conocido.

Obvio, eso no sucederá. Te has predispuesto a perder. Entonces ¿Por qué habrías de esforzarte y perder tu energía y tiempo en darlo todo si al final fracasarás?

Lo contrario también es cierto. Si sabes que vas a superar el desafío sí o sí. Si tienes la certeza de que no importa cuán complicado sea el asunto, no importa cuánto tiempo te tome. Al fin y al cabo, lo vas a superar. Se vuelve más fácil mantener la disciplina. Es solo hacer que las cosas sucedan para lo inevitable… El éxito.

Y ¿cómo es que puedo ganar más autoconfianza? te estarás preguntando…

David Goggins, el SEAL famoso por los ultramaratones nos cuenta una forma de ganar esa confianza en los momentos más difíciles de la vida. En su libro “No Pueden Lastimarme” nos habla sobre el “frasco de galletas”.

Se trata de que en su infancia su madre tenía la costumbre de cada vez que había algo de dinero comprar alguna galleta y meterla al frasco, para que sus hijos pudieran sacar una. No importaba lo jodida que estuviera la situación económica, siempre había galletas.

Esto le daba esperanza y gratitud al autor.

Así, harás un inventario de tus “galletas” en tu frasco de logros. Mira hacia atrás y encuentra esas pequeñas victorias que has tenido en tu vida. Todos hemos tenido más de alguna. No importa que sea algo sin importancia.

Toma esas “galletas” y mételas en tu frasco de la autoconfianza. Esto te dará combustible para seguir esforzándote y siendo disciplinado.

Y ve a buscar más galletas. Si te propones hacer 100 lagartijas ve a por ellas. Gana esa victoria y métela al frasco. Incluso si vez que no estás llegando ni a las 80, piensa en tu frasco de logros personales y come tus “galletas”. Será energía extra para dar más de lo que creías podías dar.

Ponte objetivos a lo largo del día que sabes hasta cierto punto que los vas a conseguir. Y asegúrate de tacharlo de tu lista de objetivos del día.

Esto recableará tu cerebro y te hará alguien más seguro de ti mismo. Practicarlo es algo muy poderoso si es utilizado adecuadamente.

La reserva de disciplina se acaba a lo largo del día o ¿no?

Se nos ha dicho que la disciplina tiene un límite y este es muy bajo. Básicamente, cuando llegas a casa después de un largo día de trabajo, tu “batería de disciplina” esta casi descargada y es muy poco probable que puedas hacer todo eso de ponerte a entrenar o a estudiar un idioma o lo que sea que te hayas propuesto hacer.

En mi opinión esto puede ser cierto, pero solo en menor medida. Antes me pasaba que luego de cierta hora del día ya no era capaz de ser disciplinado. Y entrenar se me volvía cuesta arriba. Lo mismo con las demás actividades que me proponía hacer.

Pero recordaba cuando era adolescente e iba a entrena fútbol o artes marciales a las 8 o 9 de la noche y lo hacía con ánimo y entusiasmo. No importaba haber tenido un día de colegio y haberme levantado temprano. Recuerdo días (o noches) en que me dormí a las 2 am una vez llegaba a mi casa de entrenar artes marciales y me tenía que desplazar de la ciudad hasta mi pueblo donde vivía. Debíamos esperar (con mi padre) buses interurbanos para que nos transportaran y estos tardaban en pasar o simplemente no podían llevarnos por ir llenos de pasajeros.

Y al otro día al colegio a un día más. No recuerdo haber estado con sueño en esos momentos.

Entonces, eso de que la betería de la disciplina se agota, como que no me entraba mucho en la cabeza.

Ciertamente cuando llevas una vida normal y no hay nada más, puede que la batería se descargue luego, pues no hay nada de peso que haga dar más de lo que crees tu límite.

Pero hay algo que debemos de tener en cuenta. Funcionamos muy por debajo de nuestro límite. Dicen que cuando llegamos al 30 o 40% nuestro cuerpo nos avisa que es peligroso ir más allá. Esforzarse más.

Al seguir en la batalla simplemente expandimos nuestro límite hacia el 60 u 80%. Esta en la mente, solo sigue batallando y eventualmente te das cuenta de que a tu batería le falta mucho para agotarse.

Si fuera así, que agotamos nuestras reservas de disciplina, entonces cuando te llama tu jefe a las 9 de la noche porque, necesita el puto informe de ventas para mañana a primera hora o de lo contrario estás despedido, no tendrías suficientes reservas de energía para sentar tu gordo culo en la silla y ponerte a trabajar de manera disciplina en sacar lo que se te solicito y entregarlo a tiempo.

O cuando tienes que ir a buscar a tu novia el viernes por la noche para ir al cine. No importa lo cansado que estes, solo te duchas, y vistes lo mejor que puedas y sales. Todo eso es energía que quemas, pero no importa, la recompensa lo vale.

No se trata ya de la batería que se agota. Eso no es cierto, yendo al fondo de la situación, tenemos mucha reserva sin utilizar, por lo que, no deberíamos preocuparnos por agotarla.

Puedes ver cómo en el curso BUD/S de los SEAL en la semana del infierno, los aspirantes no duermen casi en 5 o 6 días. Y aun así los que logran pasarlo, pueden mantener la disciplina exigida. Son llevados al extremo. Ahí te das cuenta de que eso de la reserva que se agota no es tan así. Y si hay una batería de la disciplina, te diría que ni te preocupes si se puede agotar porque, tienes muchas reservas.

Ahora, para acceder a todo eso se requiere de práctica y un motivo importante por el cual esforzarse.

Puedo seguir siendo disciplinado, aunque me haya levantado a las 5 o 6am y ya sean las 22:45pm y seguir trabajando o escribiendo esto, por ejemplo.

Un día me dolían las piernas por haber estado casi todo el día de pie. Antes me decía que lo mejor era descansar. Ahora, a la mierda con todo eso. Hago 100 sentadillas y… ¿El dolor de piernas? no hay dolor de piernas, faltaba un duro entrenamiento y ya.

Este sitio está para construir hombres duros no niñas quejumbrosas. Simplemente no te quejes y ataca con más ímpetu aún.

Vivimos en un mundo cómodo, y hasta cierto punto eso está bien. Solo que nos hemos desprendido de nuestro deber. La Tradición ha sido dejada de lado y considerada retrógrada e intolerable para las nuevas generaciones.

Por lo que pelearon nuestros antepasados, los chicos de hoy se escandalizan. No dándose cuenta de que fue precisamente por lo que consiguieron sus abuelos es que ahora disfrutan de un mundo lleno de comodidades.

La pornografía no ha hecho más que destruir cuerpo, mente y espíritu de los hombres. La masculinidad ahora se ve como algo “tóxico”.

Pero la esperanza está en esos hombres que toman la responsabilidad y el desafío. Que no dejan de lado todo eso que nos hace mejores para esta sociedad al borde del colapso y más importante aún, para Dios.

En esto la disciplina, juega un papel importante. Necesitarás ser muy disciplinado para poder forzarte a ser mejor. Para subir tu testo, necesitarás algo disciplina; para fortalecer tu cuerpo, necesitarás algo de disciplina; para fortalecer tu mente y espíritu necesitarás disciplina.

Neguémonos a nosotros mismo, muramos al mundo degenerado que nos rodea y vamos por lo sublime y superior.

Nuestro Dios, Patrias y Familias. Por eso vale la pena pelear y morir.