¿Cuál es la razón por la que entreno? Supongo que todos tenemos motivaciones diferentes, aunque parecidas entre sí. Ser débil no es deseable, definitivamente no cuando el mundo se torna duro e impredecible. ¿Acaso, no es menos cierto, que es responsabilidad del fuerte defender todo lo bueno que nos legaron nuestros antepasados y la tradición?

Se que levantar el culo del sofá puede ser difícil, lo es porque, ir a entrenar supone salir de homeostasis, nos resistimos a salir de la zona cómoda. De hecho, por eso muchos no logran establecer hábitos que mejoran su vida como el ejercicio o la lectura.

Esto supone un gasto inicial de energía que el cerebro se quiere ahorrar.

¿De dónde sale la motivación y la disciplina para ir a entrenar, aunque sean las 6am o cuando se llega agotado del trabajo por las tardes noches? ¿Qué es lo que se persigue? ¿será dinero, mujeres, estatus o reconocimiento de los demás… Será mejor salud y energía?

¿Qué será?

Dicen algunos…

“¿Qué busca este tipo sacrificando el disfrutar de la vida, yendo a entrenar tan temprano o cuando nos vamos a ir de fiesta, borrachera y mujeres? Este tipo está loco” …

Muchos no son capaces de ver un poco más allá. Recuerdo cuando salía a correr por el desierto y en los minutos previos a salir de mi casa se me venían pensamientos del tipo “para qué voy a salir a correr ahora, puedo hacerlo mañana” o “tengo que hacer otras cosas importantes, mejor lo dejo para otra ocasión”.

Pero una vez comenzaba se acabaron las excusas y tocaba avanzar y resistir. El premio venía cuando ya llegaba nuevamente a casa, se sentía verdaderamente bien, no es solo “gratificación inmediata”, esa que te puede dar el ver una serie sin importancia o masturbarse o pasársela sin ningún propósito en redes sociales.

Era un sentimiento de orgullo de uno mismo, me sentía como un ganador y ese sentimiento no se iba rápidamente (a diferencia de la gratificación instantánea), sino que perduraba en el tiempo. De hecho, es algo que no se va y que cuando tengo dudas de poder lograr algo, lo recuerdo y recupero en parte la confianza en mí mismo.

Bien, en este artículo te voy a decir cuales son mis motivaciones para entrenar. Las razones para dejar la comodidad y ponerme a prueba sesión tras sesión de entrenamiento.

Porqué entrenar, mis razones…

No es para tener fuerza extrema. Pero si para ser fuerte. Esto es, estar muy por sobre el promedio.

No busco solamente fuerza. Sino también, masa muscular y desarrollar un cuerpo estético.

También, busco desarrollar otras áreas físicas, como la resistencia muscular y cardiovascular, además, de la velocidad y potencia.

Busco una mejor salud.

Pero busco algo más que todo eso…

Entrenar es superación.

Cuando uno realiza la sesión de pesas se pone a prueba y empuja los límites de lo que es posible para uno en ese momento. Inicias con 60 kilos para 6 repeticiones en el press de banca, al tiempo ya estás en los 85 para esas mismas 6 repeticiones. Al cabo de un tiempo más ya estás en los 90 y 100 kilos…

Eso es lo que motiva a volver una y otra vez a la sala de pesas del gimnasio. Sentir y ver que estamos progresando.

Y esto aplica igualmente a correr, a la calistenia, al ciclismo, natación y otros deportes.

Se trata de superarse, de dar un poco de lo que podías antes… hace apenas unas semanas atrás.

Y esto se va acumulando. Es realmente gratificante y edificante seguir los progresos a lo largo del tiempo, por ejemplo, cuando ves tu progreso de un año, te puedes sentir maravillado, porque, lograste algo que hace un año no creías que pudieras lograr.

Hace un año ¿creíste que podrías levantar 100 kilos en el press de banca así tan fácil? O ¿creíste que podrías completar 20k en una carrera por el desierto? Por lo mismo, llevo un diario en el cual, anoto mis marcas, pesos levantados, repeticiones y otras cosas como el tiempo de duración de la rutina.

Pero no solo se trata de obtener motivación para seguir entrenando, sino que además, esto se transfiere a otras áreas de nuestras vidas. Esa superación te sube el autoestima y autoconfianza.

Te sientes con más confianza para tomar riesgos (calculados) en tu negocio o empleo. Te pones metas más ambiciosas y sabes que es posible alcanzarlas.

Por eso entreno… Cuando miro hacia atrás, una de las principales lecciones que he aprendido es que el entrenamiento me tiene que acompañar por el resto de mi vida (de una u otra forma).

Es que si no hubiera dejado de entrenar, tengo la seguridad que habría avanzado más rápido en la vida, no habría tenido una puta depresión (aunque leve) y la confianza en mí mismo no se hubiera ido tan fácil.

¿Quieres más razones de peso para entrenar?

Mentalmente fuerte.

El ejercicio no es solo para fortalecer el cuerpo, más bien, un cuerpo fuerte a menudo, refleja una mente fuerte. Cuando fortalecemos el cuerpo, como añadido fortalecemos la mente.

Dime si recorrer 10k por el desierto no te hace más fuerte mentalmente. Dime si levantar 100 o 150 kilos del suelo, llevándote al límite, no te hacen una mente más fuerte.

¿Qué me dices de enfrentarte a un rival cuando entrenas artes marciales? ¿te hace eso más fuerte mentalmente? Por supuesto que sí (en la mayoría de los casos).

Pero va más allá que lo anterior. Esto porque, entrenar requiere que te muevas cuando estás cómodo. Exige pasar por dolor para ser más fuerte, más rápido, más resistente…

Entrenar, es entrenar para la vida…

Disciplina.

La disciplina es algo fundamental en nuestras vidas, nos da orden, nos da organización, nos da eso que necesitamos para tener una vida más libre.

“Disciplina es igual a libertad”.

Jocko Willink.

Y en buena parte es cierto. No tener control sobre uno mismo, eso no es libertad. Ceder cada vez a la masturbación, eso no es ser libre. Ceder a quedarse acostado viendo la tv, cuando quieres tener un cuerpo fuerte, por supuesto que no es ser libre.

Y no digo que podamos escapar de todos los vicios y de todos esos impulsos destructivos, pero entre más entrenamos la disciplina, más podemos combatirlos.

Y ¿Cómo es que entrenamos la disciplina?

Entrenamiento físico. Esta es una buena manera de entrenarla. Te da autocontrol, te hace el hábito de avanzar pese a la incomodidad, pese al cansancio y pese al dolor. Cuando entrenamos nos ponemos objetivos y nos movemos a estos.

Tuve la fortuna que, desde pequeño, mi padre me incentivo a hacer deportes. Esto debo decir que me dio cierta dosis de disciplina y empuje en la vida. Me ayudo a poder experimentar el proceso de mejora hasta llegar a tener cierta confianza, porque, sabía que dominaba hasta cierto punto la habilidad requerida en un deporte en concreto.

Vi cómo después de practicar y practicar me volvía bueno en lo que hacía, y eventualmente en el mejor o mejores.

Por ejemplo, en Tae Kwon Do, practicar unas formas una y otra vez, me valieron para ganar un campeonato regional en el que participé. Fue una sorpresa para mí, porque, les gane a tipos de más edad que yo y con más grado que yo, apenas un niño de 11 años.

Y todo esto, se transfiere a la vida en general. Sabes qué, entrenando llegará el momento en que puedas volverte muy competente en lo que haces. Y si le sumas una buena dosis de talento, se puede llegar muy lejos.

No digo que solamente siendo disciplinados vamos a llegar increíblemente lejos y ser los mejores en lo que queramos. No es tan así. Se requiere talento también. Pero la disciplina siempre debe acompañar a este.

De lo contrario, dicho talento se pierde. Por eso entreno, para volverme más disciplinado y si soy más disciplinado puedo llegar a ser todo lo mejor que puedo ser.

Amor propio.

Cuando te respetas, cuando te quieres a ti mismo ocurre que no quieres hacerte daño porque, sí… No le harías daño a las personas que amas ¿cierto? Pero tendemos a ser indulgentes con nosotros mismos y en ocasiones a tratarnos como si fuéramos basura (no confundas con el amor severo con uno mismo y con las personas que amamos).

Entrenar implica fortalecernos, implica cuidar de nuestra salud, implica querer lo mejor para uno.

Confianza en uno mismo.

Cuando sabes que entrenando eventualmente te volverás competente. No solo en el ejercicio o deporte en particular, sino también, en los demás aspectos de la vida, como una carrera corporativa o los negocios.

Además, que el solo hecho de ser fuerte, infunde una confianza que te permite afrontar los desafíos de la vida de una manera mucho mejor a que si fueras un débil asustadizo de todo lo que lo rodea.

Ya te digo que mover 100 kilos del suelo 10 veces, te da una confianza que te acompaña el resto del día.

Otra cosa también es que teniendo un cuerpo estético influye en tu confianza con las chicas, empiezas a notar cómo ellas te miran más a menudo que antes.

No podemos negar que llamar la atención de las mujeres es un motivo válido para entrenar (aunque, por cierto, no debería ser el único y más importante).

No es menos cierto que, teniendo un cuerpo musculado y delgado, puedes relacionarte mejor con los demás. Esto tiene que ver con el efecto halo.

Tienes más probabilidades de pasar de buena manera las entrevistas de trabajo o las negociaciones en el mundo empresarial.

Cuando tu cuerpo esta musculado y tienes una buena postura corporal, eres percibido por los demás, como alguien confiable.

Y levantar pesas mejora tu postura corporal, camina y muévete con la postura de un Alfa, verás como todo te tratan diferente. Haz la prueba.

Mejoramiento de las capacidades cognitivas.

En el libro de John Medina “12 Principios del Cerebro”, este nos revela que estamos diseñados para movernos. Que antes nuestros antepasados en el Serengueti Africano recorrían a diario entre 10-20k diarios.

El ejercicio físico fue algo que acompaño a nuestros antepasados hasta hace unas pocas décadas atrás.

Pasar horas y horas frente a la tv comiendo palomitas, es una novedad para nuestros cuerpos (evolutivamente hablando).

No estamos adaptado a ello. Y esto tiene implicancias, no solamente en que engordamos o que aumentamos las probabilidades de riesgo cardiaco. A nivel de nuestras capacidades cognitivas igualmente se verá reflejado.

Por lo tanto, la falta de ejercicio, de movimiento, va a hacer que a la larga nuestras capacidades como la memoria o capacidad de aprendizaje se vayan deteriorando, incluso acelerando el deterioro normal que se tiene con la edad.

Al contrario, una vida ligada al ejercicio nos proporciona energía, vitalidad e incrementa o mantiene nuestras capacidades cognitivas por más tiempo.

Medina, nos muestra en el libro como un claro ejemplo de esto a Jack Lalane, quien en su cumpleaños número 70 arrastro a nado (y esposado) 70 botes con una persona en cada cual.

Jack Lalane se entrenaba a diario y tubo una longeva vida en donde se mantuvo lúcido hasta el final de sus días.

De hecho, según informa su viuda, el día en que murió había hecho su rutina matutina de ejercicios como de costumbre.

Este extraordinario hombre, daba entrevistas a sus 80 y tantos y se seguía notando su agudeza mental.

Pero y ¿qué ocurre con quienes han llevado una vida sedentaria y una alimentación en su mayoría, altamente procesada?

Medina, también lo cubre, pues perdían sus capacidades mentales mucho antes que quienes se ejercitaban con regularidad.

Cuenta que mientras veía tv se encontró con un documental sobre un hogar de ancianos. En él había un hombre llamado Jim de unos 90 años, quien tenía la mirada perdida, como mirando al vacío, luego decidió cambiar de canal y se topó con una entrevista antigua, de Frank Lloyd Wright, un afamado arquitecto. Lo impresionó la capacidad mental que tenía, su mente aún estaba iluminada como una bombilla, pese a tener la misma edad que Jim.

Llevar una vida más activa, es algo que nos ayudará enormemente en el largo plazo. En la forma en como envejecemos.

No es tan fácil observar este tipo de beneficios de ejercitarse de manera regular, y quizás esta sea una de las razones por la que muchos no se interesan siquiera en salir a caminar media cuadra fuera de su casa.

Según lo que he podido observar con conocidos y familiares, es que quienes tuvieron una vida muy activa en su juventud, quienes hicieron bastante deporte o actividad física cuando estaban en sus 20-30s, aunque luego dejen el ejercicio, ciertos beneficios le acompañarán por el resto de sus vidas (no es que sea algo definitivo, solo es lo que yo he podido observar de la experiencia de personas que he podido conocer en mi vida).

Ya ves, el ejercicio mejora tus capacidades mentales a la vez que las mantiene en buenas condiciones por más tiempo.

¿Quieres estar en buenas condiciones cuando seas mayor, cierto?

Mejor estado de ánimo.

El ejercicio físico, especialmente, levantar pesas, nos provoca una sensación de euforia en determinadas ocasiones, y a la larga mejora nuestro estado de ánimo, nos sentimos más positivos y con un mejor humor.

Esto posiblemente debido a la liberación de ciertos neurotransmisores como la serotonina, dopamina y norepinefrina.

Por eso, nos ayuda tratar los síntomas de la depresión.

Es que después de levantar 100 kilos te sientes poderoso, te sientes vigoroso, entonces, ¿Cómo es que vas a andarte con depresión y ansiedad?

El ejercicio físico, particularmente las pesas han sido una verdadera terapia para mantener alejada la depresión de mi vida. Igualmente, me pasa con la ansiedad, es que luego de una sesión intensa de pesas, por la mañana, es muy difícil que me sienta ansioso o nervioso por algo durante el resto del día.

Mayor resistencia al estrés y ansiedad.

Bueno, ya te lo adelantaba más arriba. Entrenar es mi terapia. No solo mantengo alejada a la depresión. Sino que la ansiedad se derrite como cubo de hielo en el desierto más árido del mundo.

Hoy en día está muy generalizado el estrés crónico, bueno esto se libera con ejercicio. Y el ejercicio nos vuelve más resistente al estrés, es decir, podemos soportar mayores niveles de estrés sin que nos perjudique.

El estrés, es algo con lo que deberemos lidiar en la vida. Evitarlo, está bien, sobretodo cuando es innecesario (por ejemplo, llegar tarde al trabajo, evita eso llegando temprano). Pero habrá ocasiones que se deberá afrontarlo y eventualmente vencerlo, esto es, controlarlo.

Un ejemplo de esto sería, cuando quieres elevar tu carrera a lugares altos. Va a implicar que tengas que estudiar más o posiblemente hacer formaciones formales en tus tiempos libres (hacer un posgrado o estudiar una carrera adicional). Es el precio a pagar por ser alguien mejor (y no me refiero solo al ámbito profesional).

Así ¿qué queda? ¿evitarlo?

Por supuesto, que no. Toca dominarlo. Volverte más resistente a este y el ejercicio es una de las mejores formas de lograrlo.

Más productivo.

Esto se relaciona con lo anterior. Muchas veces, lo que hace que procrastinemos las cosas que tenemos que hacer, no es más que ansiedad o el nerviosismo que nos genera la tarea en sí.

Pero luego de una sesión lo suficientemente dura de ejercicio, esa ansiedad se va. Y te das cuenta de que puedes ponerte con la tarea que llevas entre manos sin tanta resistencia.

¿Te sientes tan nervioso que no te deja empezar o proseguir una tarea (como llamar a clientes, vender un producto por teléfono o sentarte a escribir un artículo de blog)? Prueba a hacer 100 lagartijas o 10-50 dominadas o 50-100 sentadillas.

Te aseguro que esa ansiedad se va a ir, por lo menos, en gran parte.

También, uno de los principales aspectos de ser más productivo a largo del día, es la capacidad de enfoque. En este sentido, el ejercicio con resistencias es de lo que más influye en mejorar esta capacidad.

Si entrenas lo suficientemente duro, te fuerzas a estar al 100% concentrado en el ejercicio. No querrás estar levantando cercano a tu máximo (1 RM) en press de banca y a la vez conversando acerca de lo buena que esta la chica de enfrente con tu compañero.

No Warrior, no se puede hacer eso. Te tienes que enfocar al 100%.

¿Qué, me dices que sí puedes hacerlo?

Entonces, no estás entrenando duro y así no entrena un guerrero. Vete a la mierda si es así.

El entrenamiento intenso, es una muy buena manera de entrenar la capacidad de enfoque y así poder hacer un trabajo profundo.

Más energía.

¿Te pasas el día tumbado en la cama o en el sofá, comiendo papas fritas y tomando Coca Cola, como si no hubiera un mañana?

Bueno, no te extrañes si no tienes energía.

Te hace falta movimiento.

Entrenar me da más energía, puedo aprovechar mejor el oxígeno que mi cuerpo consume. ¿Debo correr? Lo hago. ¿Debo escalar? Lo hago. ¿Debo follar? No me voy a cansar de eso…

Más testosterona.

Entrenar me llena de poder masculino. Tengo más ambición, más líbido y mis erecciones son duras como la roca.

Aún recuerdo cuando pude hacer 10 repeticiones con 100 kilos en sentadillas, la sensación fue de poder, de energía que recorría mi cuerpo. Seguramente, se debió a la oleada de testo que recorría mis venas.

La testosterona es una hormona bastante importante para nosotros los hombres. No deberíamos descuidar el aspecto de la optimización hormonal.

Es que influirá en nuestro nivel de ambición, de toma de riesgos, de ser más agresivo, pero a la vez más estable emocionalmente.

Entrenar, especialmente la fuerza, me ha ayudado a que mi testo se mantenga en rangos aceptables y altos.

Puedo mantener alejada la depresión con entrenamiento de pesas, calistenia y correr. Alguien con una testosterona alta, tiene más probabilidades de mantenerla fuera, que alguien que lleva una vida sedentaria y los estrógenos por las nubes.

¿Quieres una testo alta?

Entrena con pesas, utiliza pesos pesados a moderados y utiliza ejercicios básicos y compuestos.

Sinergia con otros hábitos.

Cuando hacemos ejercicios, ocurre que esto no se queda solamente ahí. Junto con el ejercicio vienen otros hábitos.

Es realmente increíble cómo el hecho de incorporar el hábito del ejercicio físico en tu vida va a ayudar a mejorar otras áreas como las finanzas.

Hay quienes reportan que luego de ponerse con un plan de entrenamiento, empezaron a comer mejor, lo cual, resulta esperable, pero también reportan haber empezado a ahorrar y no comprar de manera compulsiva.

En “Autocontrol” Kelly Mcgonigal muestra un estudio que se hizo y donde a las personas que se les puso un plan de entrenamiento de 2 veces por semana, comenzaron con lo obvio que es comer mejor, pero también muchos dejaron de fumar, empezaron a ser más puntuales y ahorrar dinero.

La razón que ocurra esto tiene que ver con que el ejercicio nos da más autocontrol, por lo que, adquirir hábitos que requieran de este, es mucho más fácil.

El lóbulo prefrontal se fortalece y este está estrechamente relacionado con el autocontrol y disciplina.

Quita la pereza.

Entrenar, hacer ejercicios es una buena forma de quitar la pereza. ¿Qué no tienes ganas de hacer nada? Levanta el culo y ponte a entrenar. Nuevamente, esto se transfiere a las otras áreas de la vida.

Empiezas a mandar tú, no tus emociones del momento. No los “no tengo ganas…”

Conclusión.

Para mí el ejercicio físico es algo obligatorio en mi vida. Es así como pude elevar mi rendimiento en general, no solo en cuanto a productividad personal (que ayuda bastante). Puedo tener un estado de ánimo mejor, más enfocado en lo que está bajo mi control.

Ver como se lucha y se progresa, como se vence uno mismo para salir fortalecido una y otra vez, es gratificante, pero es una gratificación que da confianza y orgullo por lo que se ha logrado.

Y humildad, sabes que queda mucho por avanzar y que cada cosa ganada requiere de trabajo disciplinado, dedicación y tiempo.

Me impresiona y la vez me da risa cuando ciertos tipos “intelectuales” dicen que el ejercicio es algo superficial.

Para nada. El ejercicio es algo muy profundo y ayuda de sobremanera al autoconocimiento.

En la Antigua Gracia aparecieron los mejores filósofos, pero también, se crearon los juegos olímpicos. Fue ahí donde se creo o apareció la cultura predominante que es Occidente.

Ya para terminar te dejo con una cita de un respetado filósofo de la antigüedad.

“Que vergüenza para un hombre llegar a su vejez sin haber visto la belleza y la fuerza que podría haber alcanzado su cuerpo”.

Sócrates.

¿Enserio aún no estás entrenando duro… Enserio?… Qué esperas Warrior, ponte a entrenar, que motivos hay de sobra.

Deja tu comentario, con tus aportaciones ¿practicas algún deporte o tienes pensado hacerlo? ¿Te ejercitas regularmente?…

Un abrazo,

Damián Cáceres.