Ser sensible y llorón es lo que se estila ahora. No está bien visto por la sociedad ser masculino, rudo, fuerte y patriarcal. En definitiva, los hombres de hoy son más débiles que nuestros antepasados. Como hombres hemos sido emasculados hasta llegar a niveles patéticos.

Occidente, cuyo origen lo vemos en los griegos, guerreros como los espartanos; Alejandro Magno y sus macedonios que conquistaron casi todo el mundo conocido hasta la época; los romanos y sus rudas legiones que expandieron la civilización a nuevos lugares, llegando a Hispania, tierra de iberos dispuestos a la pelea; España que se enfrentó durante 700 años al invasor musulmán, venciendo finalmente y expandiendo la civilización cristiana hasta los más recónditos lugares.

Hombres dispuestos a dar la vida por lo que era su deber. Nos han llevado a conquistar nuevos territorios, a llegar a avances en lo económico, industrial, científico y tecnológico, entre otros…

Pero llegamos a un punto en donde todo se pervirtió. La sociedad de hoy es degenerada, sumida en el hedonismo, en el placer inmediato y sin trascendencia, el corto plazo es la norma para la mayoría de los jóvenes.

Una sociedad atomizada, donde los “individuos” no son capaces de establecer relaciones auténticas y profundas con sus semejantes.

Vivimos en los antivalores. Lo bueno ahora es malo. Y lo malo ahora es bueno. No existen principios atemporales que nos rijan.

Así, la virtud fue sustituida por valores… Y cada quien tiene los suyos… todo subjetivo y todo confuso… Por eso hay quienes dicen que los valores cambian de acuerdo a los tiempos.

La virtud es clara y es válida en cualquier época.

Supuestas “élites” nos quieren débiles y sumisos para pagar impuestos y consumir más y más, porque, nunca es suficiente.

Han surgido las mujeres empoderadas, la masculinidad tóxica, un mundo regido por emociones que van y vienen.

La pornografía es gratis, la tienes en tu móvil, en la palma de tu mano o a unos pocos clics.

Un mundo tecnológico que en algunos aspectos puede ser muy bueno, pero que en otros nos vuelve excesivamente cómodos.

Queremos comer algo, lo podemos pedir a través de la app. Queremos conocer alguna chica, lo podemos hacer mediante aplicaciones degeneradas como Tinder, en donde las relaciones son solo carnales, desordenadas y no orientadas a ningún propósito noble y superior.

La Segunda Guerra Mundial terminó hace no mucho, pero vivimos como si eso no hubiera sucedido, como si quisiéramos olvidarlo. Nos entregamos al hedonismo sin límites.

Ni siquiera es obligatorio el servicio militar.

El hombre de hoy es liberal, muchos progres, no cultivan la fuerza, de hecho, la condición física de estas generaciones es deplorable si la comparamos con las de nuestros abuelos; los niveles de testosterona disminuyen a un ritmo de 20% en cada generación.

Es considerado normal para los jóvenes tener niveles de testo 300n/dl, cuando esto es lo normal para ancianos. Y ya te digo que en la antigüedad dudo que hombres de 60 años hayan tenido niveles tan bajos de esta preciada hormona.

Veamos por qué, el hombre occidental es débil y qué podemos hacer nosotros para remediarlo o no caer en la locura que se vive hoy en día.

Feminismo.

El feminismo, en cualquiera de sus variantes ha sido perjudicial para la sociedad en general. Hay quienes afirman que son solo el feminismo de tercera y cuarta ola los degenerados y malos para la sociedad.

Lo cierto, es que el de primera ola también lo fue. Obviamente, mucho menos si lo comparamos con las aberraciones que podemos ver hoy en día, pero malo, al fin y al cabo.

En el feminismo de primera ola se pedía que las mujeres pudieran votar y que pudieran acceder a trabajos que hacían los hombres. Bueno, se decía que las mujeres iban a poder ser abogadas, médicos, altas ejecutivas de empresas, políticas, etc.

En efecto, esto solo fue posible para una pequeñísima parte de las mujeres. Básicamente las de alta sociedad que querían competir con sus maridos adinerados.

La gran mayoría de las chicas terminaron en fábricas en trabajo de mierda. Tuvieron que masculinizarse solo para sobrevivir.

Y lo peor de todo, es que antes con el sueldo del marido (en el mundo occidental) se podía vivir. Una familia podía tener las cosas básicas para vivir bien. Una casa, electrodomésticos, etc.

Pero lo más importante era que la mujer tenía un papel preponderante en la sociedad. La crianza de los hijos. Algo que no puede ser reemplazado. Entregar valores, transmitir la religión, brindar amor maternal.

Hombre. La mayoría de los trabajos son de mierda y todos o la mayoría son reemplazables. De hecho, si te vas de tu compañía, aunque hayas trabajado años ahí, vendrá otro a suplir tu puesto y al poco tiempo todos te olvidarán.

Sin embargo, el papel de mamá no es reemplazable, la huella que puede dejar en los hijos es inmensa. Los hijos no olvidarán a su madre.

Pero a las chicas se les hace creer que siendo como los hombres es un avance. Ja.

No sé qué tan bueno es el hecho que ahora las mujeres voten. No lo discutiré acá, porque excede el artículo.

Y todo esto que te digo… ¿por qué razón ha vuelto más débil al hombre occidental? Bien a eso vamos…

La mujer ha tenido que masculinizarse, el feminismo se radicaliza más y más. Se desprecia al hombre.

“El hombre no es necesario” afirman las feministas. Dicen que el mundo sería mejor si no hubiera hombres.

Bueno, esto hasta cuando están en apuros como un incendio y viene un bombero (hombre) y las rescata.

El hombre despreciado, busca la aprobación de las féminas. Cediendo de forma no dimensionada su masculinidad. Con esto su energía masculina se ve disminuida; y siendo rechazado por las mismas chicas que ahora lo encuentran débil y falto de hombría.

Cedemos a nuestro poder creyéndonos en parte lo que nos dicen las feministas. Pero la sociedad necesita de hombres fuertes para mantenerla en pie. De lo contrario, las estructuras (no solo físicas) caen y con ellas la civilización.

Madres solteras y falta de una figura masculina.

La sociedad liberal moderna crea los incentivos para la atomización de la sociedad. Los divorcios están a la orden del día y las tasas de abandono están más elevadas que nunca (habiendo paz y prosperidad).

Entonces, toca a las mujeres hacerlas de papá y mamá. Pero el problema es que el rol de papá solo puede hacerlo papá.

Y es muy valorable esas mujeres que tienen que criar solas a sus hijos, porque, no tienen la ayuda de los padres.

Sin embargo, esto trae problemas para la formación del carácter del chico.

Aprendemos más por el ejemplo que escuchando algo que nos digan los mayores. Entonces, el niño que se cría sin la figura de un padre masculino no tiene una referencia de cómo comportarse.

La madre al estar sola, por lo general, se masculiniza, pero tiende a ser más sobreprotectora con sus hijos.

La mujer en su amor maternal, muchas veces no permite que su hijo pase por desafíos que son necesarios para su formación.

Tengamos en cuenta que el nivel de empatía en las mujeres es bastante más elevado que en los hombres. Y hay razones para ello.

Dudo que una madre vaya a enseñar a pelear a su hijo o lo inste a levantar pesas o a hacer trabajo pesado.

Comportamientos de descontrol son comúnmente tolerados. Llorar como una damisela es algo que las madres van a tolerar. Y, de hecho, van a incentivar a que el hijo muestre signos de debilidad, como llorar en público o dejarse abatir ante las situaciones estresantes de la vida.

Quieren que el niño desarrolle su lado sensible…

Lamentablemente, podemos ver que existe una probabilidad más alta de caer en la drogadicción y delincuencia cuando se viene de familias desestructuradas, especialmente cuando hay falta de una figura paterna fuerte.

El padre, que para las feministas es innecesario, en la realidad sí que sumamente necesario. Ya que es quien impone la disciplina, insta al hijo a cumplir con su deber de protección. Aprendemos por el ejemplo.

Así, un mundo sin padres presentes en las vidas de sus hijos, resulta en perjudicial. Las niñas necesitan de una figura paterna patriarcal a la cual, admirar y tomar como referencia para su salud emocional. Así como para llevar relaciones sentimentales y de matrimonio sanas.

Como dijera el psicólogo Jordan Peterson, las feministas por lo general, confunden al hombre tiránico-abusador (que no es un modelo de hombre a seguir), con el hombre protector-patriarcal, el cual, es un modelo bueno a seguir, porque, básicamente va a estar dispuesto a entregar lo mejor de sí para su familia y lo que ama, la protegerá y dará la vida en caso así sea requerido.

Y ¿porqué, estas chicas feministas tienden a confundir a estos tipos de hombres?

Porque, no tuvieron una referencia masculina en sus vidas. Y si las tuvieron fue la equivocada, ya sea por un padre débil o abusador.

En cuanto a los varones, tener la figura paterna es algo extremadamente importante. Nos guiará en el sentido de ser hombres de bien. Nos hará más fuertes y será más fácil escapar de las mentiras de este mundo liberal carente de sentido noble.

Adoctrinamiento en los centros educativos.

No es algo nuevo que la educación que proveen los estados es pésima. Y no solo eso, sino que se presta para que los políticos y ciertas ideologías perversas, adoctrinen a nuestros niños.

El feminismo, socialismo, liberalismo, posmodernismo y más, están cada vez más presente en las vidas de nuestros hijos.

Hay leyes definitivamente degeneradas como la ESI (educación sexual integral) donde derechamente se pervierte a los niños y juventud. Y oponerse para los padres podría significar la cárcel. Como ha ocurrido en países “avanzados” (no son más que bárbaros incivilizados) como Canadá.

Obviamente que las virtudes típicamente masculinas, como la lealtad, fortaleza, el honor ya no son bien vistas, de hecho, las han ido desarraigando cada vez más.

Se nos enseña que las generaciones anteriores eran “malvadas” que trataban mal a las mujeres, que se oprimía a ciertas minorías y que no podemos estar orgullosos de nuestra historia.

Tengamos en cuenta que la educación como la conocemos hoy es una completa novedad. La llamada educación prusiana donde pones a niños en cubículos a recibir lo que un profesor le enseña. Ideada para la revolución industrial, ya que primeramente se buscaban obreros o trabajadores que sean capaces de seguir instrucciones.

Pero es que en todo el resto de la historia de humanidad han sido las familias las que educan a sus hijos. Y así debería seguir siéndolo. Somos los padres los primeros y principales educadores de nuestros hijos.

La idea de sacar a los niños de la escuela formal y hacer home schooling está cobrando cada vez más popularidad, sobre todo en los países del primer mundo.

Nuestros hijos son los seres más valiosos que Dios nos ha confiado, por lo mismo, dejar que el sistema nos quite a nuestros niños es algo que no es admisible.

Se que en muchos casos no es posible hacer esto, pero al menos deberíamos contrarrestarlo de manera agresiva, puesto lo que se juega es extremadamente importante.

Adoctrinamiento de izquierda.

Este nos convierte constantemente en víctimas, nos crea una actitud ante la vida de víctima. Nos quejamos por todo y hacemos de los bajos instintos, como la envidia, una racionalización para destruir el progreso del otro.

Constantemente los medios de comunicación, las escuelas, universidades y la cultura en general nos están bombardeando de lo oprimido que somos. Esto nos hace débiles.

El fuerte hace algo por cambiar la situación. Y si no se puede cambiar, pues, padece estoicamente. Lo hace con resignación y es fuerte para cargar su cruz.

Los cristeros cuando iban a ser fusilados, no se quejaban de la suerte que les toco. Al contrario, gritaban ¡Viva Cristo Rey!

La mentalidad del guerrero exige pelear y sufrir las penalidades con entereza y dignidad.

Un estudio decía que por lo general quienes son más débiles físicamente tendían a ser liberales en E.E.U.U. mientras que quienes eran más fuertes tendían a ser de derechas. Quienes fortalecían el cuerpo, experimentaban un cambio psicológico y con ello se podía modificar hasta sus preferencias políticas…

Búsqueda de la felicidad vana y vacía.

El hedonismo es la norma actualmente. Vivir en el placer instantáneo es algo que nos debilita. Nos quita poder como hombres. Cedemos ante lo fácil. La disciplina es vista como algo retrógrado.

Muchas veces buscamos la felicidad en cosas pasajeras, incluso creemos que teniendo ciertos bienes materiales seremos felices.

De hecho, la auténtica felicidad no está en este mundo. Aunque sí podemos experimentar felicidad. No esa vana que pasa al poco tiempo. Sino esa que viene del trabajo arduo, de cumplir con nuestro deber, que requiere de sacrificio, disciplina, virtud y honor.

He visto a quienes creen que siendo nómades van a encontrar esa felicidad que este perverso sistema no es capaz de entregarles. Bueno, sí es cierto que viviendo según el sistema no serás feliz, pero tampoco lo serás viviendo sin un propósito realmente de peso.

Vivir alejándose del placer instantáneo, acostumbrándose a vivir como un autentico guerrero, como vivián los caballeros templarios.

No te digo que renuncies a la diversión y sano entretenimiento que Dios nos regala. Si no, renunciar a esos placeres instantáneos, vacíos y hasta perversos.

Materialismo y consumismo.

Siguiendo con lo anterior ponemos nuestra felicidad en las cosas materiales. Querer tenerlas no es algo malo en sí. Sino el apego y en tener un estilo de vida en función de aquello es lo negativo.

Nos vuelve débiles. No somos capaces de hacer lo que es correcto porque estamos ocupados trabajando para tener más, simplemente por tener más.

Nos gusta ir al centro comercial a gastarnos el dinero duramente ganado. Si, así como les gusta hacerlo a las mujeres.

Corremos en los días de ofertas a comprar cosas que ni necesitamos. En lugar de estar haciendo la fila para el I phone por horas, podrías estar trabajando en tu propósito ¿no?

Sumidos en esa dosis de dopamina inundando nuestro cerebro cada vez que compramos algo. Nos deja inmóviles, sin ambición de hacer cosas trascendentes.

Así se va perdiendo el espíritu guerrero de naciones enteras.

Alimentación basura.

Lo que comemos hoy es altamente procesado. Endulzado a niveles que vomitaríamos si no fuera por todos los aditivos que le echan. Todo para que nos volvamos adictos y otra vez, alterar nuestro sistema de recompensa.

Con lo que nos metemos a la boca, nos estamos volviéndonos cada vez más débiles. Los niveles de testosterona bajan dramáticamente en las nuevas generaciones.

La obesidad es cada vez más común entre los hombres modernos.

Se nos dice que no es bueno comer carne. Que mejor comamos plantitas y soja.

Si ahora las “élites” nos quieren normalizar que comer insectos es algo bueno y es la forma en como nos alimentaremos en el futuro.

Hombre, deja la soja, déjasela a los tipos con aspecto débil y afeminados.

El hombre come carne. Te puedo asegurar que quienes promueven el consumo de soja y plantitas, en sus mansiones comen un buen filete carne de res. El resto es para los esclavos ¿no? Así nos dominan mejor… Si se lo permitimos, claro…

¿Qué consumir?

La grasa saturada no es tu enemiga. Ayudará en la producción natural de testo. Incluso trae consigo colesterol bueno (HDL). Se nos ha dicho que debemos comer todo bajo en grasa, pero las tasas de colesterol y ataques cardiacos siguen aumentando.

La mantequilla, el aceite de coco virgen o extra virgen, el aceite de oliva, la grasa animal.

Consume carne. Tiene casi todos los nutrientes que necesitas, tanto vitaminas y minerales, además, de ser una buena fuente de proteínas. Prefiere la carne de res.

El pescado es muy bueno también.

Adiciona ciertos vegetales como el brócoli, la palta o aguacate (es fruta en realidad), betarraga o remolacha, coliflor, ajo, cebolla y otros que estimes convenientes.

Las frutas están permitidas. Aunque no deberían ser tu fuente de alimentación principal.

Considera hacer ayunos. Estos te purifican. Tanto cuerpo, mente y espíritu. Hoy en día se han establecido protocolos de ayuno con fines de salud.

Hay ayunos de 12, 16, 18, 24 o 48 horas.

Eso sí, el ayuno tiene una importancia más de mente y espíritu, pero también beneficiará tu salud corporal, ya que el cuerpo se deshace de toxinas y células muertas e incluso cancerígenas, a través, del proceso de autofagia.

Falta de desafíos físicos.

Nos hemos vuelto tan cómodos que nuestro estado de forma es deplorable. Estar relativamente en forma es privilegio de unos pocos.

Poder correr 3 o 5k de manera decente, es algo que la mayoría de los hombres modernos no conoce. Hacer unas cuantas dominadas es totalmente extraño para el hombre de estos tiempos.

Nuestros antepasados tuvieron desafíos físicos casi a diario.

Mis abuelos por parte de padre, eran dueños un almacén y carnicería. Era un trabajo duro físicamente hablando, cargar cosas para acomodarlas en las estanterías, madrugar, limpiar, alimentar a los animales, faenar al ganado, construir y más…

Además, mi abuelo trabajo en la minería del salitre, era un empleo exigente en lo físico.

Recuerdo que de pequeño observaba a mi abuelo, ya de una avanzada edad -unos 80 y algo- cargar baldes con agua llenos y llevar una carretilla para ir a dejar comida a los cerdos.

Había que ser fuerte en aquella época para sobrevivir y llevar el sustento al hogar.

El trabajo en el campo, es duro y mucho más si no se cuentan con maquinarías modernas. Bueno, remontémonos unos 100 años atrás y veremos lo durísimo del trabajo. Era extenuante.

Qué me dices de ser un caballero en la edad media, llevando consigo una armadura de unos 40 kilos.

No es necesario que siga yéndome más atrás, verás que siempre el desafío físico estuvo presente.

¡Menos ahora!

En realidad, no es que no lo esté, aún sigue habiendo desafíos, menos que antes eso sí. Pero lo triste es que las generaciones de ahora ni siquiera hacen el esfuerzo por estar a la altura de aquellos. (Rehúyen del desafío).

Recordemos que los griegos inventaron los juegos olímpicos, veían la importancia de los desafíos. Veían la importancia de mantener en un alto nivel las aptitudes físicas.

Ocurre que no solo se desarrollan estas, sino también, se fortalece la mente y purifica el espíritu.

¿Qué esperas para levantarte de esa silla y hacer tus primeras 10 dominadas?

Ponte desafíos físicos, ve al gimnasio, entrena en casa o en el parque, realiza carreras, vuélvete más rápido y ágil.

Sentirás esa testosterona recorriendo tu torrente sanguíneo y te alegrarás de que ahora estas más fuerte que ayer. (Esto es algo que los hombres lo entendemos muy bien).

Y sabes qué… Serás más fuerte en todos los sentidos. Vas a valorar mejor las cosas de la vida y te darás cuenta de que un día sin tu serie favorita o sin Internet no son para que se acabe el mundo.

Eso es todo por ahora. En la próxima entrega te dejo con la segunda parte.

Tenemos un desafío grande como hombres de estos tiempos. No nos podemos simplemente dejar llevar por lo que dice «el sistema» o lo que nos imponen las «élites» degeneradas que estás detrás de todo esto.

No estaríamos cumpliendo con nuestro deber.

Y ¿vamos a dejar que todo esto suceda sin que nada hagamos?…