Son las 05:00am en la base de los Navy Seal en Coronado, California. Será un día duro, todos llegarán hasta la extenuación y habrá algunos que se rendirán. Pero hay algo que, aunque el día sea una autentica mierda, te va a dar una cierta satisfacción. Se trata de tender tu cama.

Y esto puede parecer algo simple (bueno, de hecho, lo es) pero que forja el carácter de los aspirantes a Seal de la Marina de los E.E.U.U.

“Tiende tu Cama” del Almirante William H. McRaven trata justamente de eso principios simples pero intemporales que forjan nuestro carácter y nos hacen mejores y más efectivos en lo que hacemos en nuestras actividades profesionales o en la familia.

Las pequeñas cosas que hagamos durante el día son importantes.

Así, este libro surgió luego del famoso discurso que dio McRaven a los graduados de la Universidad de Texas en el 2014. (Puedes ir hasta el final del artículo para ver el discurso completo).

Este discurso, no trató de hacer grandes proezas para poder “cambiar al mundo”. Sino más bien de esas pequeñas cosas que hacemos todos los días y que se van acumulando.

De esta forma podemos cambiar las vidas de otras personas. Podemos liderar en tiempos de caos, hostilidad e incertidumbre.

Bien, en este artículo te voy a resumir estos principios “si quieres cambiar el mundo”, así como el lema de la Universidad de Texas “lo que empieza aquí, cambia el mundo”.

O si quieres simplemente ser alguien mejor de lo que eres. Un mejor padre, esposo, novio, estudiante, profesional, empleado, empresario, soldado, etc.

Vamos con el primer objetivo cumplido del día.

Empieza con un objetivo cumplido: si quieres cambiar el mundo, tiende tu cama.

Mucho de lo que sucede en el mundo que nos rodea, está fuera de nuestro control. Esto provoca ansiedad en muchas personas. Sin embargo, tender la cama es algo que está en nuestro control.

El día puede tornarse complicado. En tu trabajo haber experimentado un fracaso o que tu novia te haya terminado.

Pero al menos, tendiste tu cama. Aunque sea en algo pequeño, tuviste un éxito. Cuando llegas a tu casa cansado y desanimado tienes tu cama tendida y puedes recostarte en ella y ver que no todo fue desaliento.

Cuando tiendes tu cama apenas te levantas, ya cumpliste una tarea que para muchos es desagradable. Esto te da cierta satisfacción e impulso para el resto del día. De hecho, se vuelve más fácil que consigas otros objetivos.

Es una retroalimentación positiva.

Además, que con esto le das más valor a las cosas pequeñas de la vida. Y no esperes hacer bien las cosas grandes si las pequeñas las haces mal o te da pereza hacerlas. No te engañes.

Por lo mismo, esto aplica a lustrarse bien las botas, mantenerse aseado, el cuarto ordenado y la mente afilada.

Todo esto implica y demuestra a los demás que tienes disciplina.

No podrás lograrlo solo: si quieres cambiar el mundo, necesitas de alguien que te ayude a remar.

No creas que todo lo puedes hacer por ti mismo. Es que no te engañes. Se necesita trabajar en equipo. Por muy solitario que seas, vivimos en grupos, en sociedad.

McRaven nos cuenta que en el Curso de los Seal se acostumbra a llevar una balsa por cada 7 marinos o aspirantes. Y se tiene que trabajar de manera coordinada para cargarla o para remar y pasar el oleaje.

Todos deben de moverse sincronizadamente, hacer la misma fuerza y seguir lo que dice el timonel.

Ocurre también que cuando un miembro del grupo no está fuerte ese día (por lesión u otro motivo), son los compañeros los que asumen el trabajo para compensar.

Ese día trabajan un poco más para que el compañero lesionado pueda recuperarse mejor.

Esto es trabajo en equipo y cohesión.

Es que sencillamente no se puede transportar la balsa ni pasar el oleaje solo.

Y esto no solo aplica en el Ejercito. Aplica en la vida misma. Muchas veces vamos a necesitar del apoyo de otros.

Por eso es bueno crear buenas relaciones con demás. Y fortalecer los lazos con la familia. Cuando estés en aprietos, serán ellos los que te van a ayudar.

Solo importa el tamaño de tu corazón: si quieres cambiar el mundo mide a las personas por el tamaño de su corazón.

Nos cuenta del caso de uno de sus compañeros que era de baja estatura, de 1,65mts. Su instructor medía cerca de 1,90mts y le desafiaba a rendirse. Pero el primero no cedía.

El instructor le decía cosas como que era muy bajito, que era débil. Y que le demostrara si era capaz de ser un Seal.

Bueno, ocurre que este aspirante resulto ser uno de los más rápidos nadadores.

También, un equipo de integrantes de una balsa eran los más pequeños. Ninguno sobrepasaba los 1,70mts.

Sus compañeros se burlaban de ellos por sus diminutas aletas. Y una vez más, este equipo era el más rápido de todos. Eran los mejores nadadores también.

El autor nos dice:

“No importa, el dinero que tengas, no importa tu color de piel y tu procedencia. De hecho, no importa si eres alto o bajo. Para superar el entrenamiento de los SEAL se necesita corazón”.

Se aplica esto en otras áreas de nuestras vidas. No juzgar a los otros sino por el tamaño de su corazón. Así se consiguen buenas amistades, buenos socios y gente en la que se puede confiar.

No importa su estatus social o si es alto o bajo. Cuando las cosas se pongan difíciles ¿te dejará solo lidiando con la dificultad o te apoyará y peleará junto a ti?

La vida no es justa. Sigue adelante: si quieres cambiar el mundo, olvida que fuiste una galleta azucarada y sigue adelante.

En el Curso Básico de Demolición Submarina para convertirse en un Seal, existe un castigo que consiste en meterse al agua con el uniforme y botas puestas, y luego mojado de pies a cabeza rodar sobre la arena. A esto le llaman quedar como galleta de azúcar.

Deberán andar así durante toda la jornada. Las razones para recibir este castigo son variadas y puede ser por las cosas más simples que te puedas imaginar. Una de ellas es cuando pasan revista al uniforme y presentación personal.

El uniforme debe estar perfectamente planchado, la gorra bien almidonada, las botas relucientes, etc. Cualquier falla en esto, por pequeña que sea, te puede llevar a ser una galleta azucarada.

Pero incluso cuando tienes todo perfecto te puedes ir castigado. McRaven nos cuenta que había compañeros que no podían lidiar con esto, porque, ponían todo su empeño en hacer las cosas bien y aun así tenían que ser galletas azucaradas.

Un día un instructor llamado Moki Martín, le dio esa sanción. Una vez terminado, el instructor le pregunta al por entonces, aspirante a Seal McRaven si sabía el por qué, iba a ser una galleta azucara por el resto del día.

McRaven le respondió que no tenía idea.

Moki le dice que quiere asegurarse que desde temprano en la vida aprenda que la vida a veces no es justa y que tiene que lidiar con eso y seguir adelante.

Años más tarde Moki, un atleta de excepción, como era habitual para él, hacia su recorrido matutino en bicicleta. Tomo velocidad e impactó con otro ciclista de frente.

Este otro ciclista un poco desorientado se puso en pie y no tuvo mayores consecuencias.

Sin embargo, para Moki fue peor. Quedo sin poder mover sus piernas.

Moki no se echó a morir. La vida puede no ser justa. Siguió adelante con su vida, se convirtió en un exitoso pintor y fundó el triatlón Súper Frog el cual, aún supervisa.

La vida no siempre es justa ¿Qué vamos a hacer frente a esto? ¿Ponernos a llorar como mariquitas?

No queda más que seguir adelante, si tenemos que esforzarnos el doble por surgir, bueno, que le vamos a hacer. Si naciste pobre y sin contactos, qué más da. Toca trabajar más. Por muy injusto que eso te parezca no tienes más opciones.

Si eres un flaco como con brazos y piernas de ramitas y quieres encontrar a una chica bella con la cual casarte. Hombre, qué más da, toca ponerse a entrenar y trabajar para desarrollarte en todos los aspectos.

¿No eres lo suficientemente guapo como para llamar la atención de las chicas atractivas y ganarte más oportunidades laborales?

Hombre. Qué más da… empieza por leer mi artículo sobre “Cómo ser más guapo”. Te aseguro que cualquier hombre promedio puede destacar y estar muy por sobre la media en este aspecto.

Ponerse a llorar no soluciona nada, es poco honorable quedarse en esa situación por demasiado tiempo.

El fracaso puede fortalecerte: si quieres cambiar el mundo, no temas al circo.

En el Curso Básico de Demolición Submarina Seal, a quienes lleguen o completen últimos o bajo los estándares los ejercicios físicos, los ponen en una lista llamada “lista del circo”.

A ninguno de los aspirantes les gustaría quedar en esta lista. La razón es que después de la jornada van a tener que quedarse haciendo una sesión de calistenia y ejercicios extras.

Esto obviamente va a repercutir en el rendimiento del día siguiente porque, van a estar más agotados.

El autor con su compañero Thomas, cayeron en esta lista luego de haber llegado últimos en la prueba de nado.

¿Qué ocurrió? Que volvieron a quedar en la lista del circo. Y lo siguieron haciendo.

Hasta que empezó a ocurrir que eventualmente mejoraron su rendimiento notoriamente. Todos esos ejercicios extras se empezaron a traducir en mejoras y comenzaron a destacarse por sobre el resto de sus compañeros.

En una prueba de nado de 8km a mar abierto, Thomas y McRaven que antes habían llegado de últimos, ahora lo hacían de los primeros.

Estar en la lista del circo podía considerarse como un fracaso. Pero un fracaso es un fracaso cuando no se hace nada al respecto.

Si te esfuerzas por solucionarlo o por mejorar. Llegará el momento en que lo superes. Te harás más fuerte.

Que te quede claro:

El fracaso con la actitud correcta te fortalece.

Arriésgate en grande: si quieres cambiar el Mundo, deslízate de cabeza por los obstáculos.

“El que se arriesga, gana” – Lema de los SAS británicos.

Como dice McRaven, cuando el pasaba por la cancha de obstáculos, lo hacía en todos bien menos en uno que le tomaba demasiado tiempo.

El instructor le decía que debía deslizarse de cabeza (de un extremo a otro) para pasarlo más rápido. Que debía arriesgarse.

Era arriesgado, tomando en cuenta que estaba a una altura de unos 9 mts.

Caerse supondría, no solo lesionarse, sino quedar fuera del curso Seal. Por lo que, no era una decisión fácil de adoptar.

El punto es que debía idear una forma para llegar más rápido, ya que no estaba cumpliendo con los estándares exigidos.

Hasta que un día decidió tomar el riesgo y deslizarse de cabeza hasta la otra torre.

¿Qué ocurrió?

Supero su marca quedando entre los mejores. Su instructor en el momento que terminaba la prueba, movía su cabeza de arriba abajo en un gesto de aprobación.

En las fuerzas especiales siempre se corren riesgos. Se ponen las capacidades de personas y máquinas al límite.

Pero te quiero dejar algo muy en claro: que los riesgos tomados no son por mero capricho. Están analizados y calculados.

Esto nos lleva a que en la vida para ganar vamos a tener que arriesgar hasta cierto punto. Pero no es un arriesgar por arriesgar. Tiene que ser calculado, tiene que haber una recompensa que lo valga.

Tiene que hacerse minimizando las pérdidas. Habrá veces en que las posibilidades de éxito son mínimas y que, sin embargo, será nuestro deber actuar. Ahí igualmente deberemos analizar el riesgo, justamente para maximizar las posibilidades de éxito.

También, ten en cuenta que, en las fuerzas especiales, la preparación es bastante alta, por lo que, los riesgos que toman tienen sustento. No están sustentados en el aire. En cuanto a los demás, nos queda seguir mejorando y preparándonos para poder tomar más riesgos (de manera controlada).

Enfréntate a los bravucones: si quieres cambiar el mundo, no te acobardes frente a los tiburones.

En el curso Seal se les hace nadar varios kilómetros en la noche en aguas infestadas de tiburones, entre ellos el temible tiburón blanco (aunque no es el único, tenemos el tiburón martillo, zorro y leopardo).

A todos les producía temor encontrarse con uno de estos. Se les decía que, si los atacaban, debían de darle un puñetazo con todas sus fuerzas.

Pero estaban decididos a convertirse en SEAL y eso les daba valor para completar la carrera. Sabía (McRaven) que él y su compañero Thomas pelearían contra estos si los atacaban no importando las consecuencias.

El valor es tremendamente importante, las metas en la vida necesitan una dosis de valor. Sin este ¿a dónde vamos? Sin este las naciones sucumben a los tiranos.

Los matones pueden seguir siéndolo porque, no hay el suficiente valor para combatirlos. Y estos son los mismos en el patio del colegio, en el trabajo o cuando están al mando de un país. Y se les debe de combatir. Y para esto se necesita valor.

Ponte a la altura de las circunstancias: si quieres cambiar el mundo, se la mejor versión de ti mismo en los momentos más obscuros.

En algún momento de nuestras vidas vamos a pasar por momentos obscuros. Pero ¿Qué haremos? ¿Cuál será nuestra actitud al respecto? ¿Nos pondremos a llorar como niños o nos pondremos a la altura de las circunstancias?

Todos pasamos por momentos difíciles en nuestras vidas. Pero eso no es motivo para quedarnos en el piso teniéndonos lástima.

Es justamente en los momentos duros de la vida, cuando debemos de presionarnos más y ser mejores. No es momento para dejarse vencer, es momento para pelear como si no hubiera un mañana.

La lucha es contra uno mismo.

“Véncete para vencer”.

Eso es lo que dicen… Y lo dicen por algo.

Presiónate, sé más fuerte, más rápido, más cultivado, inteligente y tenaz.

No te dejes vencer y ponte a la altura de las circunstancias. Recuerda que es en estos momentos en que más crecemos y aprendemos. No los desaproveches.

Dale esperanza a la gente: empieza a cantar cuando el lodo te llegue hasta el cuello.

Cuando la moral baja, cuando todos se sienten desanimados porque, no ven una salida, es el momento de ponerse a cantar.

Con esto quiero decir, que cuando todos están en la mierda, debemos, como líderes que somos (o aspiramos a ser) dar esperanza. Es contagioso y cuando uno ve la salida, empiezan a verla los demás.

Así como en el Curso de los Seal cuando estaban con el lodo hasta el cuello y los instructores los incitaban a rendirse a cambio de abrigo y algo caliente.

¿Qué ocurrió?

Ocurrió que cuando ya había varios a punto de rendirse, uno de los aspirantes se puso a cantar, luego otro y otro… Al cabo de un rato todos estaban cantando y nadie se rindió esa fría noche al sur de California.

No pierdas la oportunidad de dar esperanza al resto cuando se desmoronan. Tampoco pierdas la oportunidad de darte esperanzas a ti cuando sientas que todo se viene abajo y estas a hasta mierda.

Nunca jamás te des por vencido: nunca pero nunca toques esa campana.

Si te das por vencido en las cosas importantes de la vida, te arrepentirás toda tu vida. Así como aquellos que tocan la campana 3 veces en el Curso de los Seal. Por muy dura que se torne la vida, se tiene que continuar y no abandonar. Si sientes dolor, continua igual, es difícil, pero sigue y no te rindas.

En esos momentos es cuando nos vemos tentados a rendirnos. No cedas, se inflexible en esto, no importa que estes triste, desanimado, experimentando sufrimiento. Sigue adelante.

El ranger Bate, un chico de 19 años quien piso una mina antipersonal y perdió sus extremidades inferiores, o sea, las piernas.

¿Se rindió?

Por supuesto… que NO.

Un año después ya tenía sus prótesis y estaba retando a sus compañeros en dominadas. Siguió adelante, no se dejó abatir por las circunstancias de su vida.

Se comportó estoicamente y puso su empeño en lo que podía controlar. Lo demás ¿Qué podía hacer? No mucho, de hecho, nada…

No te rindas, no importa que las circunstancias parezcan grandes para ti. Sigue el ejemplo de Arturo Prat, quien pese a enfrentarse a un oponente más fuerte, la Patria y el honor estaban primero.

Sigue estos principios.

Sigue estos principios y serás mejor. Un padre, esposo, novio, empresario, empleado, hijo, soldado… Mejor…

Si quieres cambiar el mundo, empieza internalizando estos. Si quieres causar impacto en las vidas de quienes te rodean, esta es una buena manera por dónde empezar.

Son valores militares, pero en realidad son universales. Nos sirven para vida misma, no solamente en el Ejercito.

Tiende tu cama y hazlo lo más pronto posible, no lo pospongas para cuando llegues del trabajo o más tarde. Verás efecto que esto (tan simple) tiene en tu vida.

A mí me ha ayudado un montón. Te da cierta motivación, así es que añádelo a tu rutina matinal y empieza el día con efectividad.

No te rindas Warrior. Verás los frutos de no hacerlo, que pueden ser materiales, pero los mejores no corresponden a estos, más bien al espíritu.

Eso es todo,

Damián Cáceres.

PD: deja tu comentario con tus aportes y comparte este artículo para que llegue a más hombres que lo necesitan y salgamos de este mundo feminizado.

Discurso del Almirante William H. McRaven en la graduación de la generación 2014 de la Universidad de Texas.