La vida consiste en tomar decisiones. Lo hacemos todo el tiempo. De hecho lo hacemos tanto, que hay momentos en que ni nos damos cuenta que en cada instante estamos tomando diferentes decisiones, que en definitiva, van determinando nuestras vidas.

 

Muchas de ellas, yo diría que la mayoría son tomadas por el subconsciente y dejamos las más relevantes para tomarlas de manera consciente.

 

Cuando digo relevantes, no me estoy refiriendo solamente a decisiones de la mayor trascendencia, como la persona con quien nos casaremos, la carrera que elijamos o si iniciamos un negocio.

 

Además me refiero a decisiones cotidianas, que pueden parecer sin importancias por sí mismas pero… Que la suma de estas pequeñas decisiones va a determinar nuestra vida de una manera inimaginable.

 

Un ejemplo de esto, son los hábitos que conscientemente decidimos implementar en nuestra vida.

 

Entonces ¿qué podemos hacer para tomar mejores decisiones en nuestra vida?

 

No es algo fácil en realidad.

 

Hay algo eso sí que en realidad ayuda a tomar decisiones mejores en nuestra vida.

 

Tener un Credo para Tomar Decisiones Mejores.

 

En su libro Pensar Como los Mejores Guerreros, Mark Devine, un Navy Seal retirado, nos habla de establecer uno o más puntos de referencias, sobre los cuales guiar nuestra vida.

 

Estos puntos de referencia son como un GPS interno.

 

Se trata de profundas creencias que en una medida importante nos definen. Y la primera labor es encontrarlas y clarificarlas.

 

El Credo son esas creencias profundas que conforman quién eres.

 

Son esas creencias que no quieres transgredir. Es el ideario personal de cada quien. Es un fuerte principio rector y es la base para tomar decisiones en la vida diaria.

 

El Credo es lo que le da fundamento a tu vida, responde a la pregunta ¿qué debo hacer?

 

Prats tenía un Credo, un principio rector absolutamente claro. El amor, honor y dignidad de la Patria estaba por sobre todo. No rendirse y luchar hasta el final era parte de ese Credo. Y en el que se conoce como El Combate Naval de Iquique nos lo demostró.

 

Esta es su inspiradora arenga a sus bravos marinos ante desigual combate:

 

“Muchachos: la contienda es desigual, pero ánimo y valor.

Nunca se ha arriado nuestra bandera ante el enemigo

y espero que no sea ésta la ocasión de hacerlo”

 

Al final La Esmeralda, una corbeta de madera que apenas se podía mover, luego de 4 horas y media de combate frente al Huáscar, un monitor acorazado, se hunde con el pabellón a tope flameando.

 

¿Cómo Definir el Credo Para Tomar Decisiones Acertadas?

 

Encontrar ese principio rector no algo tan fácil y va depender de cada persona cuánto le va costar poder dar con él.

 

Requiere de un proceso de autodescubrimiento.

 

Entonces te quiero mostrar una forma que en Pensar Como los Mejores Guerreros, Mark Devine nos sugiere:

 

Lo primero es que el Credo, como te decía antes, responde a la pregunta ¿qué debo hacer?

 

¿Qué harías si en la empresa en la que trabajas hay faltas graves a la integridad o si tienes un compañero que necesita de tu ayuda? ¿Si cometieras un error y fuera otro el que tiene que asumir la responsabilidad? ¿Qué harías si tu país te necesita?

 

La Escala de Valores de los Navy Seal.

 

Para que te hagas una idea, te dejo con la versión corta de la escala de valores de los Navy Seal, que es su Credo:

 

-Guardar lealtad al País, al Equipo y los Compañeros.

-Servir con honor dentro y fuera del campo de batalla.

-Mantenerse presto para liderar y recibir órdenes y no abandonar nunca.

-Responder de las acciones propias y de los compañeros de equipo.

-Superarse como soldado mediante la disciplina y la innovación.

-Entrenarse para la guerra, luchar para vencer y derrotar a los enemigos de la Nación.

-Ganarse el tridente todos los días.

 

Es un Credo de equipo pero, es así como vas a articular el tuyo.

 

Para llegar a tu Credo responde las siguientes preguntas:

 

Antes relájate, toma varias respiraciones profundas por unos 5 a 10 minutos.

 

Anota tus respuestas y pon atención a como te sientes. No te tomes demasiado tiempo para contestar. Se trata de escuchar lo tu subconsciente te quiere decir.

 

1- ¿Qué haría si supiera que solo me queda un año de vida?

2- ¿Qué haría si mi ciudad se viera afectada por un desastre natural o un ataque terrorista?

3- ¿Qué haría si un amigo me llama para pedirme que le ayude con un traslado, pero en realidad esa noche quiero ir cine?

4- ¿Qué haría si mi marca favorita a estado explotando niños y teniendo prácticas destructivas con el medio ambiente.

5- ¿Qué haría si me tocase la lotería?

6- ¿Qué haría si alguien me atacase sin ninguna razón?

7- ¿Qué haría si se me presentase la oportunidad de hacer un negocio turbio sin que nadie se enterara?

8- ¿Qué haría si en mi presencia mi equipo atacase a un compañero a sus espaldas?

 

Las respuestas pueden reflejar el carácter que quieras formar, independiente de si lo formaste ya o no.

 

Una vez tengas más claro tu Credo, tomar decisiones claras y acertadas será más fácil, y te llevarán a donde tu quieres ir.

 

No vas a vivir la vida de otra persona, sino la tuya, te será más fácil no ceder a las tentaciones, ni huir del dolor, si es necesario para llevarte a donde quieres estar.

 

Serás el líder de tu vida, de tu equipo y comunidad. Lo vale todo el esfuerzo requerido para encontrar tu principio rector.

 

¿Qué debo hacer? a eso tienes que responder para llegar a tu ideario personal.

 

Es así como piensan los mejores Guerreros. Y tu ¿ya elaboraste tu Credo? EMPIEZA AHORA.

 

¿Cómo te resultó el proceso? Con gusto te leo Guerrero.