Si no sangras todo sigue igual… O peor.

Sabes qué Warrior… Sangré, cuando me propuse una meta. Sangré, cuando hacía lo que tenía que hacer. Sangré ansiedad, derramé impaciencia y frustración. 

Pero pasó algo … Si lo dejas (lo que te propusiste), todo sigue igual o peor y eso nos hace sentir como la puta mierda. La frustración y la decepción se apodera de uno.

Mejor seguir, aunque en el camino los pies se rompan, aunque signifique pisar una piedra afilada que nos haga sangrar. Mejor continuar… Si quieres para un rato para descansar y vendar la herida. Pero más pronto que tarde reanuda el camino. Con la mente alerta en el entorno pero fija en la meta.

El camino no será necesariamente agradable.

Me parece que es algo esperable, pero uno siempre tiene la esperanza que sea algo casi sin esfuerzo y muy agradable.

Pero mejor tenerlo claro desde el inicio.

Es esperable, porque, al momento de proponernos un objetivo (ambicioso) vamos a tener que movernos hacia él. Nos aventuramos a lo desconocido en cierta forma.

Y va a implicar que mejoremos ciertas áreas de nuestra vida.

Va a implicar que posiblemente nos debamos levantar más temprano. Vamos a forjar la disciplina. 

Entrenar cuando todos duermen, estudiar cuando otros están de fiesta. Muchas veces no vamos a querer hacer lo que decidimos hacer. Cuerpo y mente se van a resistir.

Y ahí sangramos… La ansiedad aparece, la frustración por no avanzar al paso que nos gustaría, tener que dedicar tantas horas a aprender algo que nos va a traer resultados en el largo plazo…

Ir por el premio.

Pero si sucumbimos a la ansiedad, a la pereza,  a quedarse calentito en la cama por las mañanas, a irse de farra con los amigos, a masturbarnos impulsivamente, a ver porno como un perdedor… Acaso nos vamos a sentir mejor?

Y es que no solo se trata de sentirse mejor. ¿Crées que aquello es una virtud digna de seguir? ¿Nos hacer sentir orgulloso?

Yo no lo creo, al final de cuentas uno siempre lo sabe. Sabes que estás en el suelo, de rodillas dejando que los impulsos te golpeen y tu no estas haciendo nada, es más, llorando como una señorita.

Hey que te quede claro Warrior, yo he pasado por eso y supongo que tu también. En todo caso, si nunca has sucumbido ante los impulsos, ante la indisciplina, te felicito amigo.

Entonces el premio queda de lado, perdido en algún lugar y puede que hasta se olvide momentáneamente.

Pero uno siempre lo sabe, en lo más profundo lo sabe, estamos en el suelo comportándonos como unos débiles. No lo toleres, si dejaste de hacerlo o estás empezando a dejar de hacerlo, eso está muy bien y te felicito también. Me da mucha alegría saberlo.

No te digo que será fácil, porque, no lo es. Vas a tener que sangrar pero al fín y al cabo te convertirás en alguien mejor de lo que eras.

Y para mí ese es el premio… No solo el objetivo cumplido.

Para ser mejor, vamos a tener que sangrar. Pero cuál es el problema, seguimos en el camino, vencemos a la resistencia y vamos por el premio de vivir una vida con coraje y disciplina.

Será hasta otra oportunidad,

Damián Cáceres.