Nos puede dejar estacados por un tiempo indefinido. Es serio… Pero ¿cómo vencer el miedo? ¿cómo arrebatarle el poder?… Tomé la decisión de vencerlo, Warrior.

Acaso valentía ¿es no temer a nada? 

Acaso el coraje ¿es la ausencia de todo miedo?

Todos tememos a algo… Siempre hay algo que no nos deja actuar, que nos paraliza.

Que toma el control de nosotros mismos

Entonces ¿cómo vencer el miedo?

Un día Decidí ir a la Cima.

Preparé mis cosas, sabía que sería duro. Pero siempre tuve la confianza que lo lograría. La decisión ya estaba tomada.

No me importaba cuántas veces lo tenía que intentar. Soy obstinado, así es que iba a llegar a la cima sí o sí.

Hacía frío, pero iba con el entusiasmo arriba. 

Había estado estancado durante bastante tiempo durante mi vida, así es que solo podía sacar cosas buena de aquello.

Me adentré por el camino.

Avance un tramo sin mucha dificultad, además, del frío y la oscuridad que me impedían poder ver todo el camino.

Pero como te decía antes, iba con la motivación alta.

Un tipo… No se distinguía bien. Pero era alto y fornido. 

Por un momento quedé paralizado. Sin saber qué hacer… Se acercaba a mí y decía que no avanzara más…

Pero había decidido llegar a la cima. Tenía que seguir mi camino.

Al ver que emprendí el paso… Se dispuso a atacarme.

Otra vez me paralice… En realidad empecé a temblar. Se notaba que no dudaba en querer lanzarme al piso y dejarme allí quién sabe por cuánto tiempo.

Pero, luego lo tuve claro… No iba a permitir que me vencieran, lucharía con todo lo que tengo, hasta el final…

Fue duro, caí muchas veces, había momentos en que se hacía más pequeño, pero otros en que parecía un gigante.

Durante la lucha, me dije que, o vencía y seguía con mi camino, o simplemente lucharía hasta final y sería la última.

No me iba rendir…

Así es que mal trecho…. seguí machacando una y otra vez, aunque en ocasiones cayera al piso, me volvía a levantar una y otra vez.

Hubo un momento en que el fornido al ver mi decisión, se empequeñeció. Se volvió débil y de solo un golpe cayó al piso del cual no pudo levantarse.

Fue ahí, cuando me sentí lleno de energía y motivación.

Y me dispuse a seguir con mi camino hacia la cima…

El camino hacia la cima nos tiene preparadas más sorpresas.

Me sentía bien conmigo mismo. Había vencido, pese a que al inicio me había paralizado sin saber qué hacer.

Todo por una decisión. Llegar a la cima y nunca rendirme en el camino.

Pero al poco andar y en medio de la oscuridad sentía que alguien me perseguía. Lo podía percibir.

Seguí de todos modos.

Sentía su voz, que me decía a lo lejos que “no iba a poder” que “no me dejaría” y que “sabía cuales eran mis debilidades”.

Hasta que se puso frente a mí.

No tenía forma definida, era una debilidad mía tras otra.

La inseguridad me rodeaba, y estaba otra vez paralizado. Pero esta vez era peor aún, porque, tenía claro que luchar como lo había hecho anteriormente no serviría de nada.

Cambiaba de forma a cada rato, se aparecía delante mío o al lado mío… Ni siquiera sabía si era real o no.

¿Cómo lo iba a derrotar? ¿Qué sucedía si daba siquiera un paso hacia delante? ¿Cuál era esa fuerza que no me dejaba avanzar?

Ahí estaba yo, en la inacción más profunda, en medio del camino en plena oscuridad.

Esa mierda sin forma, sabía cuales eran mis debilidades, pero no tenía idea que había decidido llegar a la cima cueste lo que cueste, y que no me iba a rendir.

No sabía con exactitud cómo tenía que luchar, pero lucharía hasta la última consecuencia. No había vuelta atrás.

Cuando me recordé aquello. Di un paso firme hacia el frente, sentí el cacareo más fuerte. Pero no le escuché.

Seguí de todos modos.

Hubo un momento en que su voz era tan fuerte que ensordecía. Aunque difícil, seguí… Eso sí, tengo que reconocer que varias veces me detuve, pero tomaba una bocanada de aire y avanzaba nuevamente.

Al cabo de un rato, la voz empezó poco a poco (al inicio) a bajar en su intensidad y ya luego la bajó drásticamente.

Esto coincidió con que yo ya estaba mucho más calmado. Tenía más claro cómo había que pelear contra este oponente.

Mi confianza llegó a tal punto que quise golpearlo cuando lo tuve cerca mio. Pero simplemente desapareció.

La voz dejó oírse, el silencio golpeaba mis oídos.

Y el Sol empezaba a abrirse camino a través, del cielo.

Pude ver la cima.

Al fín podía ver la cima, aunque aún estaba a lo lejos, pero alegremente fuí hacia ella.

No te voy a decir que fué fácil recorrer todo ese camino que me quedaba. 

Había troncos de árboles caídos en pleno camino, piedras y agujeros que parecían llevar al vacío.

Les pase por encima a todo, aunque el corazón empezara a latir con más fuerza. Superé cada valla que se me puso en el camino.

Si tenía que saltar, saltaba; si tenía que correr, corría; si tenía que escalar, lo hacía.

Todo esto me provocaba cierta ansiedad, pero lo mantenía controlado.

Lo que sí me inquietaba más era que mis dos oponentes anteriores se me aparecían cada cierto rato, pero muy tenuemente.

Por alguna razón, aún me perseguían, pero ya no tenían el poder que usaron contra mí. Y si es que les quedaba algo, era nada en comparación a todo el poder que yo había adquirido luego de duras batallas.

Vencer el miedo.

Al enfrentarme a aquellos oponentes, logre vencer el miedo. Los vencí, y a medida que los iba venciendo, se empequeñecieron y desaparecieron.

Recupere mi Poder y sigo volviéndome más fuerte.

Mis oponente no eran más que una puta ilusión, que me habían dejado paralizado por una buena parte de mi vida.

Vencer el miedo no es fácil, pero requiere de enfrentarse a él.

Para vencer el miedo, se necesita antes tomar una decisión.

Y no rendirse nunca.

Vencer el miedo, implica machacar y machacar hasta someterlo.

Nos puede tomar tiempo vencer el miedo. Hay ocasiones en que es mejor partir poco a poco.

Se trata de machacar poco a poco, pero constantemente. A veces, el miedo puede ser tan fuerte que querer pasarle por encima de una sola vez, nos puede perjudicar.

Solo machaca una y otra vez.

¿Acaso valentía es no temer a nada?

No. Valentía es actuar a pesar del miedo. Es enfrentarse a él y superarlo.

Hasta la próxima Warrior,

Damián Cáceres.

Para vencer el miedo también se necesita algo de disciplina. Aprende a cómo entrenarle en esta publicación.