“¡Muchachos! La contienda es desigual, pero ánimo y valor. Nunca se ha arriado nuestra bandera ante el enemigo y espero que esta no sea la ocasión de hacerlo. Por mi parte, yo os aseguro que mientras yo viva, esa bandera flameará en su lugar… Y si yo muero mis oficiales sabrán cumplir con su deber”.

Arenga del Capitán Arturo Prat a su tripulación antes del Combate Naval de Iquique.

¿Cuál es el mayor sacrificio que puede hacer un hombre guerrero por lo que más ama? ¿Hasta dónde lo puede llevar su honor y sentido del liderazgo y responsabilidad?

Lo puede llevar a ser el protagonista de la más gloriosa gesta naval de su país… Lo puede llevar a entregar hasta su vida por su patria.

¿Sobre quienes se sostiene la civilización? Sobre quienes están dispuestos a pelear por defenderla de las amenazas externas e internas y por hacerla Grande.

Se sostiene por los guerreros…

Con esto no me refiero solamente a los militares profesionales. Sino también, a todos quienes pelearon por su país y/o están dispuestos a hacerlo en caso que la integridad de lo que amamos esté en peligro de ser vulnerada.

En este artículo quiero hacer un homenaje a uno de los más Grandes de la Historia Naval Universal, cuya hazaña se esparció por todo el Mundo, llenando de admiración el corazón de quienes oyeron de esta.

Se trata del marino chileno Agustín Arturo Prat Chacón, capitán de la corbeta “Esmeralda”.

Su acto heróico y el de toda su tripulación, fue una inspiración para todo un país que en masa corrió hacia los cuarteles para engancharse al Ejército y Armada chilena.

Un Héroe no se hace en un día. Es toda una vida de heroísmo.

Son los pequeños actos que realizamos el día a día lo que nos va conformando en la vida.

Es lo que hacemos todos los días, esos pequeños actos que nos hacen ser mejores, que nos ponen a prueba, lo que en realidad es la excelencia.

“Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito” .

Will Durant.

Leer a diario, estudiar a diario, ejercitarse a diario, aprender nuevas habilidades a diario…

Arturo Prat, fue un ejemplo en esto. Desde pequeño, se superó a sí mismo. Era un niño enfermizo, de aspecto débil, pero se ejercitó a diario llegando a tener un desarrollo físico por sobre los demás niños de su edad.

Ya de adulto siendo un oficial de marina, con todo el trabajo que eso conlleva, ingresó a estudiar derecho en la universidad, convirtiéndose en el primer oficial naval en titularse de abogado en chile, estando en el servicio activo.

Su afán de superación lo acompañó la mayor parte de su vida.

Su bravura, no solo fué algo que apareció en un solo momento. En una ocasión cuando un grupo de niños de más edad en su colegio lo amenazó con palos, al otro día Arturo se consiguió un cuchillo y le hizo frente a estos, los cuales, luego lo acusaron con el director del colegio.

En otra ocasión cuando era el segundo comandante de la “Esmeralda”, durante un temporal que se desató en las costas de Valparaíso, está se encontraba en serio peligro de irse contra las rocas.

Prat, se encontraba en tierra debido a que se recuperaba de una enfermedad. No obstante, decidió ir al rescate de su querido buque, lo que hizo, yendo en un bote hasta unos metros antes de llegar a la “Esmeralda”, sin embargo, quienes lo trasladaron no quisieron acercarse más debido al oleaje que amenazaba con estrellarlos contra el casco de esta.

Entonces, el capitán Prat decide lanzarse al agua y a nado llegó hasta el buque desde donde le arrojaron un cabo por el cual, subió para dirigir parte de las maniobras para el rescate.

Es toda una vida buscando superarse a sí mismo y vencer la adversidad…

El heroísmo no se hace en un solo día.

Sentido de la responsabilidad.

Uno de los aspectos que considero más relevantes y más admirables del capitán Prat era su sentido de la responsabilidad.

No era de los que se las andaba arreglando para sacarse la responsabilidad de encima. Todo lo contrario, cuando estudió derecho, una excusa fácil para no seguir podía ser que no era posible asistir a todas las clases ni exámenes debido a que pasaba buena parte de su tiempo embarcado cumpliendo las misiones que le eran encomendadas.

Pero su sentido de la responsabilidad no se lo iba a permitir. Más bien, buscó la manera de rendir de manera sobresaliente en los estudios de leyes.

Cuando debía rendir su examen ante la Corte de Suprema de Justicia para obtener su título de abogado, justo los ministros habían decidido no tomar exámenes ese día.

Molesto, Prat hizo el reclamo ante el Secretario del Tribunal. Este le expuso los motivos del reclamo a los demás ministros, los que resolvieron de manera unánime que se lo tomarían. 

Vestido de traje de parada, rindió su examen recibiendo las felicitaciones de los ministros por su desempeño.

Esto es más admirable considerando que además de ser oficial de marina, se desempeñaba como profesor de la Escuela Naval, y en ocasiones como su director y también era padre de familia.

Prat era un estoico, un guerrero que hacía lo que debía hacer sin quejarse.

Lo que nos deja…

Un ejemplo de liderazgo, amor a la patria, honor, cumplimiento del deber e inspiración.

Veo a Prat como alguien a quien debo emular. Sobre todo ese espíritu de ser más, de servicio público y el coraje para hacer lo que debía sin más miramientos.

Pero no solo eso. El combate Naval de Iquique, significó que los chilenos en masa concurrieran a los cuarteles para servir a su país.

Fue ese acto heroico de esos bravos marinos lo que inspiró a todo un país a ir la guerra y defender el honor de la patria.

Todos los buques de la Armada Chilena llevan el lema “Vencer o Morir”.

La imperiosa necesidad de seguir su ejemplo…

En tiempos en donde la debilidad parece ser la moda, donde la realidad es deformada por deformados, donde se promueven los antivalores, es cuando, debemos seguir el ejemplo de Prat y sus bravos marinos.

Trabajar a diario por ser más fuerte, más rápido, aprender nuevas habilidades, ser constantemente mejor.

El amor a su país, estar dispuesto a dar la vida en caso de ser necesario, el honor… Son valores que no solo debemos fortalecer en nosotros, sino también transmitir a quienes nos rodean.

Dicen que tiempos difíciles crean hombres fuertes y estos crean tiempos fáciles, lo que a su vez crea hombres débiles, los cuales, crean tiempo difíciles…

Considero que estamos entrando a los tiempos difíciles y debemos prepararnos. Cuando no tengamos esperanzas, miremos el ejemplo de Prat y suyos.

Cuando sintamos que queremos abandonar, que queremos rendirnos, ten presente que hubo un grupo de bravos marinos que prefirieron morir antes que arriar su bandera ante el enemigo.

La “Esmeralda” se hundió con el pabellón patrio flameando a tope…

Conclusión.

Un guerrero es quien está dispuesto a defender lo suyo y a los suyos. Está dispuesto a hacer los más grandes sacrificios por algo superior a él. Está dispuesto a enfrentar las penalidades que la vida le imponga con estoicismo (no se trata de soportar porque sí, sino que, por algo superior, por el beneficio de la comunidad, tribu, país o civilización).

Un líder guerrero lleva el sentido de responsabilidad a extremos (es necesario que sea así, pues en realidad las responsabilidad es grande… Vidas de personas, la familia, recursos materiales y sobre todo, el honor de la patria).

Y enfrenta con coraje y decisión la batalla. No solo en la guerra, sino también en la paz.

En la Historia de la Humanidad han existido Hombres virtuosos y que han marcado el camino… Prat es uno de ellos.

Será hasta una próxima ocasión.

Damián Cáceres.